¿Se puede saber lo que otro piensa?
¿Es posible “despejar” la mente durante la meditación?
Cuando las personas “ponen su mente en blanco” al meditar no suspenden la actividad de su cerebro. En realidad, concentran la energía en una sola idea y desechan estímulos externos. La actividad cerebral no hace pausas, ni en el sueño ni en el estado de coma. La muerte cerebral es el único momento en el que la actividad cesa, pero ya no se reinicia.
Todo el tiempo tenemos actividad eléctrica, hasta durante el sueño tenemos una actividad similar a la de vigilia. La idea de poner la mente en blanco se refiere más a dejar de ser consciente frente a los estímulos exteriores, pero para lograr esto debes estar concentrado en algo, como ocurre cuando una persona está leyendo un libro o se queda absorta frente a una ventana y momentáneamente pierde contacto con la realidad. Lo que hacen no es poner su mente en blanco sino concentrar su actividad cerebral en una imagen o una emoción que no procede de los estímulos externos que en ese momento está experimentando”, afirma la neuróloga Rosana Huerta Albarrán, investigadora de la Clínica del Sueño de la UNAM.
En abril de 2011 la revista Journal of Neuroscience publicó un estudio con 15 personas que sufrían dolor crónico y recibieron clases de meditación. Al observarlos con equipos de imágenes por resonancia magnética pudo medirse que, mietras meditaban, los voluntarios reducían entre 11 y 93% la actividad cerebral en la corteza somatosensorial primaria, que es el área implicada en la aparición de sensaciones de dolor.
¿Se puede saber lo que otra persona piensa?
Los fundadores de la Teoría de la mente dicen que sí y que además podemos inferir su siguiente acción. En 1978 los psicólogos David Premack y Guy Woodruff, de la Universidad de Pensilvania, publicaron que animales y humanos tenemos la capacidad de reflexionar y comprender nuestras sensaciones y las de otro individuo que esté frente a nosotros, si antes llegamos a conocer los signos corporales de cada uno. Se aplicaba para el estudio de la conducta de primates y personas con autismo, ahora se utiliza en campos como la empatía y el comportamiento social.
¿El cerebro humano sigue evolucionando?
En 2005, un equipo de investigadores del Howard Hughes Medical Institute de la Universidad de Chicago, encabezado por Bruce T. Lahn halló evidencias científicas de que el cerebro humano continúa evolucionando. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Science, los expertos encontraron dos genes que han cambiando recientemente. Se trata del ASPM (gen asociado a la microcefalia anormal fusiforme), que está situado en el brazo largo del cromosoma 1, y el gen productor de la enzima microcefalina. En ambos genes, aporta la investigación, se hallaron nuevas variedades de alelos. Así, por ejemplo, la más reciente versión del gen de la microcefalina surgió hace unos 37,000 años, mucho después de la aparición del hombre moderno.
Por su parte, la versión evolucionada del ASPM es más reciente, ya que surgió hace unos 5,800 años. Si se piensan estas cantidades de tiempo en términos de lo que dura la vida de un ser humano promedio, parecen muy largas; sin embargo, como previenen los investigadores, ese lapso es extraordinariamente corto en términos de evolución. Más aún, creen que estas variedades están relacionadas con la aparición del arte, la música y la religión en el desarrollo de los seres humanos.
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